Estoy Buscando a Alguien Con Guien Pueda Tener Relaciones Sexuales

Estoy tan cachonda, que me parece que me voy a buscar a un tío para tirármelo. Tengo novio pero no me da todo el “amor” que yo deseo, aunque no se que le falta, tal vez sea un poco de imaginación cuando me hace el amor.
Así termina mi historia, pero voy a continuar por ese camino.
Es una de esas tardes que parece que estes en el infierno. 36º Cº, 90% Humedad relativa en el ambiente, tengo todas las ventanas abiertas, voy casi desnuda, muy sudorosa, bagabundeo por la casa con una camisa de mi hermano, amplia, muy amplia, más una botella de agua mineral, mi compañera. Cuando muy lentamente elevo mi mano sin ganas con la botella y bebo de ese agua que ya calenturienta, como en un proceso acelerado por perder su frescura. Igual me siento yo, sin ganas de nada, absolutamente nada y muy, muy caliente, debido al terrible calor que hace entre otras cosas.
Llaman a la puerta y pienso, será… va, quien sea, no abro y ya esta… ¡Pero y si es algún buen tío o, lo que sería mejor, un tío bueno, pero que muy bueno. Entonces voy abrir rápidamente.
Un caballero: “Buenos días señorita mi nombre es Iván! ¿Podría hacerle unas preguntas?
Verta, como me llamo, estoy un poco desconcertada. Pienso en décimas de segundo que tal vez sea un estafador, un asesino y porque no un violador. Como estoy, lo que mejor me vendría es que fuese un esquimal y estuviéramos en su país, pero tengo que estar aquí pasando calor.
Verta: ¡Pase, pase, adelante!
No se porque le he dicho que pase, ¡Hay estos pensamientos míos!
Iván: ¿Cómo dice?
Verta: ¡Nada, nada!
Me siento y me pide permiso para sentarse. “Todos los malos piden permiso para sentarse” Pero pienso que lo que sea será, y me dejo caer sobre el brazo derecho del sofá mientras, “El”, Iván, lo veo correctamente sentado en una de las sillas del salón. Vuelvo a pensar. “Este joven de unos veintinueve o tal vez treinta años, hombre no es que este mal, pero no esta para tirar cohetes”. Entonces da un soplido como síntoma de calor y me pregunta:
Iván: ¿Me puedo quitar la chaqueta?
“No se con el calor que hace, que hace con una chaqueta puesta”
Verta: ¡Si hombre, cómo no!
Le he dicho que se la quite y todavía no hemos hemitido ni una palabra, ¡¡Este camino no va a buen pueblo!! exclamo para mis adentros.
Iván: “Pues yo venía a hablarle…”
Verta: ¡No me lo digas ahora y dime! ¿Qué quieres tomar?
Iván: “Una cervecita bien fría… ¿Puede ser?”
Verta: “Vamos a verlo inmediatamente”
Salgo hacía la cocina de lo mas abatida por el inmenso calor y veo tres cervezas enlatadas, “¡Bingo!”, ¡Pensé que ya no quedaban! Exclamo.
Verta: “Ahí tienes”
Iván: ¡Gracias, muchas gracias!
Bebemos los dos como si estuviesemos en un estado entre desidratación y ahínco, o mas bien ambas.
Verta: ¡Qué rica esta! ¿Verdad?
Iván: ¡En efecto, si me lo permite diría yo más… esta riquiiiisima!
Nos entra un momento tonto y nos da la risa a los dos. “Ya no lo veo tan mal, sino no le huviese dejado entrar” pero que narices parece buena persona, así que voy a dejar que me comente lo que tenga que comentarme.
Verta: ¡Pues tú dirás!
Iván: “Mira he traido unas toallas que son muy baratas”
Verta: ¡No sigas y déjame dos!
No me hacen falta, pero nunca esta demás tener toallas pues gasto muchas.
Verta: ¿Ya cubres gastos con esas dos toallas?
Iván: ¿Tú sabes lo que llevo pateado para estas dos toallas?
Verta: ¡No, el caso es que no me importa, solo tengo calor, un calor insoportable!
Iván: “No ha sido nadie tan sincera como tú y en compensación te voy a dar dos toallas más”
Verta: ¿Y que quieres a cambio? Risas por mi parte.
No se porque he dicho eso, la verdad, creerá que estoy desesperada, bueno no importa, como estoy en mi casa.
Verta: ¡Brindemos por la onestidad y porque se vaya este calor agobiante, chin, chin!
Iván: “Chin, chin”
“La verdad es que no esta mal, moreno, alto, delgado, muy delgado, con la nariz aguileña y grande, igual tiene un nabo que para que, pues los que estan delgados y con la nariz grande, al menos eso dicen de ellos y si tienen un pene normal, al menos se les nota más”
Ivan: “Aunque llevo aquí mucho tiempo y mi castellano sea perfecto, yo soy marroquí, trabajaba en una fabrica de compuestos para ordenadores, pero con la crisis me he tenido que poner a vender trapos”
Verta: ¿Y como te va esto?
Iván: ¡Esto me va como el culo!
Nos echamos los dos a reír de nuevo ya con otra cara, lo que me he dado cuenta es de que me mira mucho las piernas y si no pienso mal, me esta desnudando con la mirada.
Ivan: ¿Puedo quitarme la corbata?
Verta: ¡Faltaría más!
He estado a punto de decirle que se puede quitar todo lo que quiera, pero menos mal que aun no estoy muy salida, “Hay sino” hay sino.
Le damos el último trago y pienso, ¿Y saco la otra y nos la bebemos entre los dos? Dicho y echo.
Verta: ¡Me queda otra cerveza! ¿Nos la bebemos entre los dos?
Iván: “Esta bien, si luego me dejas que te invite yo a ti!
Verta: “Es que no tengo ganas de salir”
Iván: ¿Y supongo que no te apetecerá hacer de comer?
Verta: ¡Pues mira si, la verdad es que no me apetece hacer nada, solo beber y hacerme aire!
Iván: ¿Donde hay un super?
Verta: “Aquí debajo”
Iván: ¡Pues bajo y me subo un pack de cervezas y algo para comer! ¿Te parece bien?
Verta: ¡Si claro, pero espera que te de dinero!
Iván: “As sido tan amable conmigo que te he dicho que te invito”
Verta: ¡No, que tu no tienes dinero!
Iván: ¿Y quien te ha dicho a ti que no tengo dinero? ¡Hombre que es el primer día que salgo a vender, y si, por supuesto que tengo dinero!
Verta: “Perdona si te he ofendido, pero creí… nada, nada, pues súbete lo que quieras”
Iván: ¿Puedo dejar las toallas aquí?
Verta: ¡Claro, déjala aquí, y mientras me voy a poner algo!
Iván: “Así como estás estás bien”
Esbozo una sonrisa a la que el me sonríe picaramente, entonces ya se que vamos a tener tema. Se va y yo me tumbo en su espera, pero me tengo que levantar ya que el contacto con la piel del sofá me da mucho mas calor. Me levanto y me voy a arreglar un poco, a peinarme y a ponerme una camisa de otro color. Mientras vuelve me llaman por teléfono, siendo mi novio Enrique, al que le digo sin tapujo alguno que estoy con uno que ha venido a venderme toallas, el no se lo cree, pero ya le dije que como no me diese más caña, me buscaría a otro junto a el. Se despide de mi con un beso, yo por supuesto le mando otro y colgando llaman a la puerta. Abro y es el, el moro de mis entretelas.
Iván: ¿No he tardado mucho, verdad?
Verta: ¡No has tardado nada! ¿Haber que as traido?
Ivan: “Mira las seis cervezas que te dije, un pollo asado y una bolsa de patatas fritas”
Verta: ¡Mira que bien!
Abrimos dos cervezas mas y volvemos a brindar, el acaba antes y me encuentro con sus carnosos labios enfrente de mi boca. Sonrío y le doy un pico separándose…
Iván: ¿Sabes que estas riquísima?
Devolviéndome el beso, mientras sus manos me suben la camisa poco a poco. “Pero estoy loca” ¿Qué estoy haciendo? Pienso. Me besa de nuevo y yo no solo me dejo sino que me aprieto contra el, besándolo mas y mas fuerte. “Buff, que locura”. Estamos separados para tomar combustible y proseguir con esa locura. Sin decir una sola palabra pero con una sonrisa en la cara que lo dice todo, bebemos los dos como acto reflejo y volvemos a nuestros quehaceres tan placenteros. Vuelvo a pensar… “estaré loca, pero es una locura temporal hasta que se me quite la calentura” ¿Pero que hace? Continuo pensando, pero si tiene su mano entre mis piernas y va subiendo, oh que placer, susurro, pues ya ha llegado a mi tesoro, tesoro que se humedece nada mas me roza. Pero calla, espera, si me esta introduciendo un dedo o tal vez dos, pues no lo se porque estoy tan mojada y sobre todo sudorosa que no lo se. Noto que recore por mi cara una gota de sudor, la que Iván me limpia con la lengua. “Este es de los que a mi me gustan, ya que no le importa ser un cochino”. ¿Pero que hace ahora mirándome y quitandome la camisa? “No se pero a parte de escitarme, me gusta”. Tengo los senos al aíre, mis dos hermosos y respingones pechos, me los toca como si fueran a romperse, lo bueno es que me gusta. “Ahora que hace” ¿No me irá a dejar así, verdad? Viéndolo que coge otra cerveza y la abre, “Me lo va hacer, me lo va hacer” me tira la cerveza por los pechos bañados por el sudor, siento que se me erizan los pezones y me corre la cerveza por delante de mi cuerpo, y todo sin decir ni una simple palabra. Me da la vuelta, ¿Haber que va a hacer ahora? Me aprieta el culo y al fin me dice…
Iván: ¡Uhm, que culito tienes!
Mientras gozo del liquido tan fresquito recorriendo mi espalda hasta llegar al trasero.
Verta: “La verdad es que estoy disfrutando de lo lindo”
Iván: ¿De veras? “Pues espera y veras”
Verta: ¿Qué vas hacerme? Sonriendo.
Iván: ¿Qué quieres que te haga?
Verta: ¡Lo que tú quieras!
Mete la mano por medio de los dos carrillos y suavemente la va bajando hasta que llega al ano. Doy un suspiro y cierro los ojos, o al revés, no se, en ese mismo momento moja los dedos en mi abertura y me introduce uno en el culo sin previo aviso. Me estremezco de placer. Dándose cuenta me introduce otro. Si al meterme un dedo ya me gusta, metiéndome dos y con los dedos huntados en mis jugos, ya es “Cagarse”.
Iván: ¿Tienes un preservativo?
Alucino, eso quiere decir que me va hacer “El amor”, pero estoy tan agusto que no soy capaz de dárselo, ya que con los dedos totamente dentro de mi ano, sudando como un baño de vapor, semidesnuda y a punto de hacerlo, no es que no me apetezca darselo, no, sino que me da igual. A decir no, pero cuando llege ese momento ya se lo daré. Proseguimos haciéndonos carantoñas, arrumacos y de vez en cuando a decir verdad bastante a menudo, me pone su mano en un lugar de mi cuerpo que asta ahora solo me lo ha puesto mi novio, ya que para el es sagrada esta zona, aunque no me da todo lo que yo deseo, de hay este desliz que pienso tener.
Iván: ¡Desnudate!
Así me gusta, que sea el hombre quien me ordene y mande, aunque me lo ha dicho en un tono que casi me da miedo.
Verta: “Pero si casi estoy”
mientras digo esas palabras termino de desvestirme, viniendo el y agachándose me abre las piernas y me lame con un mimo y una dedicación que es para estar aquí. Me siento aturdida por esa manera tan placentera de lamer y con mis ojos cerrados totalmente, me levanta las piernas para hacérmelo el mas cómodo y a mi que me de mas placer, como así lo siento.
Iván: ¿Te hago algún daño?
Verta: ¡No, continua!
Me pregunta si me hace alhún daño, eso es que quiere que le conteste que me da un placer exquisito, pero esta apañado si creé que se lo voy a decir, ya se dará el cuenta cuando me vuelva loca. ¿Pero ahora que hace volteándome y lamiéndome el culo, mientras con la otra mano me toca el conejito? La verdad es que este “Moro”, “Árabe” o “como no le siente mal a nadie” sabe muy bien lo que se hace. Pero tengo una excitación tal que me vuelve loca, el caso es que lo sabe y sabe que de un momento a otro voy a ponerme a gritar como una loca, de no ser por el insoportable calor y sudor que tengo, estaría mucho mejor. ¿Pero que digo? En este mismo instante me esta dando un placer inaudito, voy a gritar de un momento a otro, voy, que voy, que grito, aaahhhggg.
Verta: ¡Como me gusta Iván!
Iván: ¡No, si ya!
Que se habrá creido con ese no, si ya. Pues que bien me lo hace ahora, estoy con una fiebre que para que os cuento. Sin previo aviso se levanta, se pone las manos para desabrocharse la bragueta y se saca un trozo, que para que os cuento, si ya es tremenda cuando se la chupe ya se pondrá terriblemente grande y gorda. Estando pensando eso voy y sin creérmelo es como si me tubiera ipnotizada, hay una fuerza en mi que me echa la cabeza hacía adelante y no puedo pararla, asta que finalmente le lamo por el tronco hasta llegar a su enorme glande. Lo chupo con frenesí pero con respeto, haber si va a ser este el que mata a sus victimas atragantándolas con el nabo. Je, je, je, je, creo que ahora estoy desvariando y chorreando. Buagg, que gusto me da. ¡Si cuando le dije a mi novio que o me tenía mas contenta o lo adornaba, pero no se va a dar cuenta! ¡A no ser que…!
Iván: ¡Dame ese preservativo!
Verta: “Voy, ya voy, voy enseguida”
¡Pero que hago! ¿Me quieren esplicar que estoy haciendo? No se si estoy como una autentica cabra, pero desde luego no estoy en mis cabales. ¿Donde los habré puesto? ¡Haber, haber, por aquí no… por aquí tampoco, aquí estáis! Dándome la vuelta hay esta el, Iván, impasivo, pero con tal miembro, que me ha quitado las ganas de hacerlo. ¡¡Ché tu que va!! Lo miro todo entero y lo veo todavía mas grande cuando aun lo tiene “A medio gas” Sin mirarlo a la cara, le doy el condón ya que estoy obsesionada con el nabo, mientras se lo doy aprovecho para darle la penultima mamada.
Verta: ¡Por dios, pero que rica esta!
Metiéndomelo aquel pedazo de trozo que en cuanto a penas si me coge en la boca, a el se le pone una cara y con el condón en la mano ya parece algo, no lo se lo que parece, pero parece estar inmóvil. Le dejo que se lo ponga y viendo a tamaño y mirando hacía el cielo, pienso. ¡Señor, gracias por haberte acordado de mi! Mientras el se pone la goma yo me echo en la cama como una felina en celo. “Que lo estoy” ¡¡Haber rápido!! ¿Donde he puesto el aceite? “Aquí estas, bandido” me pongo bastante, no correando el aceite, cuando viene hacía mi con la plena consciencía de que me va a hacer un roto. Se acerca, no se a que espera, me mira, se mira el cimbel, yo lo miro y bajo la mirada hacía su cosa totalmente erecta, intento movérsela, pero que es esto tan duro, cuando me coge y de un empujón me termina de recostar en la cama y tirándose sobre mi, noto que me busca la abertura con el “cacho”. Estoy de lo más tensa.
Iván: ¡Tranquila y cuando me digas paro!
Verta: ¡Vale!
Entonces, precisamente entonces, va y me besa desmesuradamente, momento en el que me llena de carne. ¡Por dios que gusto me das! No hace ninguna falta que se lo diga, ya que mi cara es un poema que lo dice todo, absolutamente todo, eso si, doy un gritito cuando me la ha introducido casi en su totalidad, ¿Pero es que yo puedo con todo esto? Me pregunto a mi misma. Intento que entre toda y hasta que no noto sus muslos no paro de empujar.
El novio: ¡Vertita, amor mío! ¿Donde estas?
Valla una putada, yo que pensé que no se enteraría y nos pilla aquí, así. Desde luego que hay que tener mala suerte. ¿Pero y si nos ve y se apunta? ¡Va, no creo!
Verta: ¡Cariño estoy aquí!
El novio: ¡Aquí! ¿Donde?
Verta: ¡En la habitación, y tú Iván, aquí quieto!
El novio: ¡Hola, ca…! ¿Qué estáis haciendo?
Verta: ¡Ja, ja, ja! ¿Tú que creés?
El novio: ¡Golfa, más que golfa! ¿No, si ya sabía yo que tú?
Verta: ¿Qué tú que? ¡No me tires de la lengua que tú también tienes tus lios!
¡Había acertado!… ¿Y que lio tendrá Luis?
Verta: ¡Yo voy a seguir con lo nuestro y tú haz lo que quieras!
Luis se fue al comedor entonces yo lo puse debajo y dándole otra chupada se le vino arriba. ¿No se como se le podía poner enseguida, la verdad? Pero Iván no quería estar debajo y de un solo movimiento, me cambio de sitio, poniéndose el de nuevo arriba. Me había puesto arriba para no pensar, pero ahora debajo y con la cabeza reposando me va a dar por pensar. ¿Pero que digo? ¡Si siento un placer desmesurado! Vuelvo ha pensar. Instante en el que noto una presencía que nos espía. Mirándolo ha ver, me encuentro sentado a Luis en la silla que tenemos en la habitación. Yo continúo cada vez gimiendo mas fuerte, sin temor por lo que nos pueda hacer mi novio. Gimo y doy un gritito esta vez, pensando en mi novio, pero se pone Iván a darme mucha más caña, entonces no puedo reprimir mis sentimientos y grito desesperadamente. Momento que Iván me da la vuelta y yo me quedo encima de el.
Iván: ¡Fóllame cuanto quieras!
Le di un repasito pero ni por esas, me excité tanto que me ocosionó el primer orgasmo. En una de estas sacudidas con la cabeza, mire a mi novio y estaba durísimo. ¡A, si, con que esas tenemos! Luís estaba desnudo y masturbándose.
Verta: ¿Te excitas mirando? ¡Pues, ala, sigue!
Cuando mas a gusto estoy, siento que algo me parte en dos, no siendo nada sino Luís que me estaba rompiendo el culo. Grito, gimo y pataleo todo lo que mi postura me permite, es decir, casi nada por no decir nada. ¡Pero calla, espera un momento, no te muevas! Pienso. ¡Pero si me esta empezando a gustar! Digo para mis adentros, mientras no paro de sentir placer, un placer que cada va a mas, mayor y sobre todo mucho mejor.
Luís: ¡Toma, por guarra!
Verta: ¿Si, si, por guarra?
Mientras Iván no pronunciaba ni una sola palabra e iba abriendo camino. De pronto siento un extraño placer, a la vez que otro ya conocido me empieza a embriagar, pero juntos ya son demasiado. Con que abro la inmensa caja de los gemidos y gritos y me pongo a derramar sus contenidos. Grito tanto que llega Luís y tapándome la boca me caya, exclamando por donde puedo. ¡¡¡Soy inmensamente feliz!!! a continuación me parece que pierdo el conocimiento y la razón de ser. Solo un instante y con solo una palabra o mas bien gemido, oígo…
¡¡¡POR DIOS!!!
Miro y veo a Iván que le esta haciendo a Luís lo mismo que Luís me acaba de hacer a mi. De un ruidoso por dios pasa a un por dios menos escándaloso. Yo lo estoy viendo y no me lo creo. Pasando de más a menos asta convertirse en un armonioso por dios.
Verta: “Aprevecha ahora y fóllame”
Le digo en voz baja.
Luís: ¡Eso, si, haber si te creés que yo soy súperman!
En fin, que cojo a mi novio Luís y levantándome de la cama, me agacho y le hago una mamadita. ¡Ché, tú, si se le empieza a endurecer! Continúo comiéndole asta que se le viene arriba, entonces en plan equilibrista, me pongo agachada delante de el, me busco el lugar y me entra toda, pero toda, toda y toda. Claro. Cómo no. No sabiendo muy bien que le pasa, noto como si se fuera poco a poco dentro de mi, ya que lo corroboran las gotas de esperma que veo salir de mi vagina. Me giro hacía detrás y lo veo por un momento calléndosele la baba. Es mas que suficiente para saber sin ninguna duda que le esta gustando. Habiéndole roto el culo y quedándose mi querido Luís tumbado en el suelo.
Iván: ¿Te gusta que te hable mal?
Verta: ¡Me encanta!
¡Así se enterará Luís de lo que me gusta! Pienso. Me empezó a dar palmaditas, las que se iban convirtiendo enautenticas bofetadas, mientras cada vez que me decía alguna que otra cosa subida de tono, convirtiéndose en mas, asta llegar a propinarme verdaderos insultos. No solo me excitaba por estar allí Luís, también porque eran un autentico morbazo. ¡Uhm, que bien! Decía para mis adentros. Luís enseguida se repuso, mientras yo gozaba por dos cosas, porque a parte de insultarme y pegarme, también me follaba. Estaba en un sueño del que no quería despertar. ¡Coño, pero si me esta pasando de verdad! Estaba inundándome de carne. ¿A caso tenía una doble cámara de semen, o es que sería súper potente? No lo se, el caso es que volvía a tener aun mas placer si cabe.
Verta: ¡No, por favor, no sigas!
Iván: ¿Tanto te gusta?
Verta: ¡No lo sabes tú bien!
Si, entonces le dije que era tal placer el que sentía, el siguió pero con más fuerza, era como tener dentro de mi una maquina de darme un placer autentico, no podía impedir que a cada momento que pasaba sentía cada vez mas. Pero cuando pienso en las palmadas que me daba y las cosas que me decía, me excito mas y mas, llegando incluso a irme tan solo con los pensamientos, claro esta, en compañía del pedazo de carne que me invade.
Iván: ¿Te apetece que me vaya?
Verta: ¡No, que va, que va!
Iván: ¡Pues entonces te voy a dar una caña que vas a preferir no haberme dicho eso!
En efecto, comenzó a moverse de tal menera que yo creí que iba a perder el sentido, pero cuando el veía que estaba a punto de perderlo, paraba tanta marcha y tan buena. Yo estaba como en una nube corriéndome sin parar, hasta que llego por fin a su fin. Se quito el preservativo y no se lo había quitado todavía cuando comenzo a correrse, menos mal que no se la lami, pero de todas formas se fue por mi cara, por mis pechos terminando en mi tripa. Estaba llena de placer aunque ya había terminado y a mi lado se quedo descansando. Mi novio Luís estaba medio muerto de tanta presión a como fue sometido, ya que después me diría que tanto ritmo no lo podía soportar el.
Iván: “Tengo que irme”
Verta: ¿Te volveré a ver?
Iván: “Cuando lo desees”
Verta: “Bien, muy bien”
Iván: “Me tengo que marchar”
Ya vestido, se fue, mientras tanto Luís estaba inmóvil presenciando todo lo que había sucedido.
Verta: ¿Te has dado cuenta que Iván no me ha pedido nada?
Luís: “Si, ya lo he visto, lo que también he visto es que te ha puesto todo el cuerpo colorado, a parte de darme a mi por el culo”
Verta: ¡Pero a que te ha gustado! ¿Se nota mucho?
Luís: ¡La verdad, es que si!
Verta: ¿Si que, que te ha gustado que te diera por culo, o que se me nota mucho?
Luís: “Ambas”
Metiéndome en el baño, me baje la camisa un poco y mirándome en el espejo me di cuenta que me había dejado el cuerpo lleno de rojeces. Era igual. ¿Y lo maravillosamente bien que me lo había pasado, que? Estube un tiempo ahí metida, preocupándome en lo que diría mi novio, pero como ya le dije que si no me daba mas caña me lo haría con otro “Y que otro” !!Vaya bomba!! Me quite la camisa y las chanclas que llevaba y a continuación me bañe. Sólo me sentía a gusto en el agua y a demás prefería una ducha a un baño, pero la ocasión lo requería. Paso un tiempo indefinido y de pronto me encontre a Luís dentro del baño, me quede sin saber que decirle, momento que el aprovecho para besarme. Estando así se produjeron momentos más bien lujuriosos, pero lo que nos excitó a ambos, fue tocarnos con nuestros sexos bajo el agua. En esos momentos de incertidumbre placenetra, animé a Luís a que acabara conmigo de manera sexsual. (Follando) vamos. No sabía que le decía ya que me ha había dado Iván una caña brutal, cuando instante en que fui penetrada tan ferozmente y a tanta velocidad, que llegué a creér que lo estaba haciendo con una taladradora, en esos momentos tan placenteros no pude hacer otra cosa que gemir y gritar del gusto que estaba recibiendo, así que decidí dejar en otro lado mis sentimientos de culpabilidad y continuar gozando como si de una guarra se tratara. La verdad es que era una verdadera maquina y todo desde que Iván le habia roto el culo. “No, sino hay mal, que por bien no venga”. Empezaba a sentir algo muy extraño, como si jamás lo hubiera advertido, el caso es que me gustaba demasiado o “Too mach pal body” (Demasiado para el cuerpo) era una extraña sensación la que estremecía mi cuerpo y cada vez más y más, asta ese punto sagrado para mi llamado orgasmo, crecía y crecía en mi interior, dando lugar al más extraordinario de todos los orgasmos que he sentido jamás…

Si me llamáis: CONTINUARA…

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